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  • Srīpāda Srīvallabha
  • Narasimha Saraswati
  • Swamī Samartha

Srīpāda Srīvallabha

La Mía es una encarnación yógica completa. Grandes yogis y grandes siddhas meditan constantemente en Mí. Benditas son las personas que saben que todo está en Mis manos.

Narasimha Saraswati

La importancia de la encarnación de Datta es lograr la evolución y el desarrollo de las personas sin que se den cuenta.

Swamī Samartha

Todas tus oraciones Me alcanzan. Mi gracia es transmitida a ti a través de la forma de la deidad que veneras, o a través de tu gurú.

Srīpāda Srīvallabha: Anuncio del Nacimiento



“Srīpāda Rājam Sharanam Prapadye”
Qué el Señor Srīpāda nos proteja

Descripción General Encarnaciones Atrás: Srīpāda: Padre y Madre | Continuar: Srīpāda: Nacimiento y Primeros Años Pithapuram


Sripada Srivallabha “Para satisfacer tu deseo Yo te estoy otorgando la visión de Srīvallabha. Puedes pedirme cualquier cosa en esta forma Mía como Srīvallabha.”


Un día hubo un ritual relacionado con los pitris, en la casa de Appalarāja Sarma y Sumatī. Los Pitris son los responsables de darnos cuerpos saludables con todos los miembros bien formados. La adoración a los pitris siempre dura tres horas, desde mediodía hasta las 3pm. Appalarāja Sarma estaba realizando el culto. Se había preparado mucha comida como ofrenda para el momento de este ritual. Ésta se les ofrece a los brahmanes que asisten al ritual, a la vaca, y al cuervo quien -de acuerdo con las escrituras- está considerado como el mensajero de los pitris.

Cuando este ritual estaba en marcha, antes de que el ritual se terminara, hubo una llamada de un mendigo desde el exterior. La señora salió de la casa. Ella vio a un avadhuta que estaba allí de pie, y que le transmitía mucha luz. Entonces, el mendigo preguntó. “¿Podría darme comida? Tengo hambre.” Ella estaba en un aprieto, estaba en un ritual y no se debería dar alimento hasta la finalización del ritual. Pero habiendo visto al mendigo, sintió que estaba bien ofrecerle alimento a una persona que venía con el estómago hambriento. Ella entró a la casa, tomó algo de alimento de los preparativos y se lo ofreció.

La persona estaba muy feliz y dijo, “¿Tiene usted algún deseo? Se lo cumpliré” La señora muy inconscientemente dijo, “Me sentiría extremadamente bendecida, si tuviera un hijo como la luz que usted me dio, de su mismo brillo. Esa sería una gran bendición.” Repentinamente un muchacho bien parecido de dieciséis años, vestido como un sabio, se apareció ante ella y dijo: “¡Madre! Soy Srīpāda Srīvallabha. Yo mismo naceré de ti”.

Y le dio la fecha de su nacimiento. La señora estaba profundamente conmovida y feliz. Entonces Srīpāda desapareció.

Mas tarde, Sumatī regresó a su conciencia normal. Ella pensó cómo pudo haber dado el alimento antes de que terminara el ritual para los pitris, esto no estaba de acuerdo con la tradición. Ella fue hacia su esposo y le explicó lo que había sucedido. El esposo dijo: “Algo muy bueno ha sucedido.” A él no le importó, y los sacerdotes que estaban conduciendo el ritual tampoco pusieron ninguna objeción. Todo fue muy armonioso y el ritual se completó.

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Fuentes: