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  • Srīpāda Srīvallabha
  • Narasimha Saraswati
  • Swamī Samartha

Srīpāda Srīvallabha

La Mía es una encarnación yógica completa. Grandes yogis y grandes siddhas meditan constantemente en Mí. Benditas son las personas que saben que todo está en Mis manos.

Narasimha Saraswati

La importancia de la encarnación de Datta es lograr la evolución y el desarrollo de las personas sin que se den cuenta.

Swamī Samartha

Todas tus oraciones Me alcanzan. Mi gracia es transmitida a ti a través de la forma de la deidad que veneras, o a través de tu gurú.

Srīpāda Srīvallabha: Padre y Madre



“Srīpāda Rājam Sharanam Prapadye”
Qué el Señor Srīpāda nos proteja

Descripción General Encarnaciones Atrás: Srīpāda: Nombre | Continuar: Srīpāda: Anuncio del Nacimiento Pithapuram


Sripada Srivallabha “Luces yóguicas surgieron de los ojos de Appalarāja Sarma y de la madre Sumatī quienes estaban en profunda meditación. Estas luces se combinaron y permanecieron en la matriz de la madre Sumatī.”


Srīpāda Srīvallabha nació en un lugar muy auspicioso denominado Srī Pīthikapuram; Desde los tiempos más antiguos existe en ese lugar un sitio de la Madre. El nombre de la madre de Srīpāda es Sumatī. “Mati” significa mente. “Sumatī” significa la buena mente. Ella era una mujer de buen carácter, sencilla, austera en su disciplina, siempre relacionada con lo Divino. Ella nunca tuvo opiniones acerca de los demás.

Su esposo fue Appalarāja Sarma. Él era un gran devoto de Datta y se ofreció completamente a la divinidad. Era un sacerdote, iba de casa en casa realizando rituales. Si alguien lo explotaba, él no se quejaba. “Que el Señor decida lo que yo deba recibir. Yo le rindo culto y él recibe mi adoración”. Él era un profundo devoto que se ofrecía al Señor, quien le dio la presencia como Kalagni Shamana Dattatreya. Esta es una dimensión del Señor Dattatreya que apaga la furia del tiempo. Esto significa que lo que él desea sucede a través del tiempo, a través del fuego del tiempo, Kalagni.

Sumatī venía de una familia de posición elevada y le ofreció a su esposo -quien era muy humilde- su vida y su casa. Sumatī vio en su esposo la clase de rectitud que normalmente no se ve. Todo lo que él pensaba, hablaba y actuaba estaba en concordancia con la ley natural. Su padre vio en él a un gran yogui. Los conocedores se guían por las energías vibratorias que tienen los otros, y no por los logros objetivos. Lo aparente no necesariamente es real.

Cuando la pareja concibió a su primer hijo, nació ciego. Ellos aceptaron y continuaron. Luego tuvieron un segundo hijo – un lisiado. La pareja aceptó sin quejarse y sin abandonar sus prácticas, a pesar de las calamidades que sucedieron. Appalarāja Sarma siguió con sus adoraciones diarias y cumplió sus deberes en la sociedad. Sumatī cuidó de él y de sus dos hijos, y también de los parientes y amigos que llegaban a la casa. En la antigua India, se consideraba que la madre era divina, como la Madre del Mundo, al padre se lo veía como el Señor Absoluto. Se les rendía culto todos los días como el Señor y la Madre. El maestro estaba considerado como otra forma de la divinidad. En la India antigua no había hoteles y no se vendían alimentos. Los alimentos nunca se vendían, ya que esto estaba considerado como un acto muy inferior. La señora de la casa cuidaba de la familia y de los visitantes inesperados que venían desde otros lugares.



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Fuentes: